Después de un día en la playa, en la piscina o simplemente al sol, nuestra piel puede notar los efectos: se siente tirante, caliente, seca y, a veces, incluso enrojecida. Esto ocurre porque los rayos UV y el calor provocan deshidratación y descomponen el colágeno, la proteína que mantiene la piel firme y elástica.
Pero no te preocupes: con la rutina adecuada, puedes ayudar a que tu piel se recupere rápidamente y evitar daños a largo plazo.
1. Refresca y calma tu piel
Al llegar a casa, evita las duchas calientes. Opta por agua tibia o fría para bajar la temperatura de la piel y aliviar el enrojecimiento. Si tienes un spray de agua termal, es un gran aliado para refrescarte y calmarte.
2. Rehidratarse de adentro hacia afuera
Bebe abundante agua para reponer los líquidos perdidos por el calor y la sudoración. La hidratación interna es tan importante como el cuidado externo para restaurar la elasticidad de la piel.
3. Aplica una mascarilla hidratante de colágeno.
Este es el paso estrella para devolverle la vida a tu piel.
Nuestra mascarilla facial hidratante de colágeno está especialmente formulada para:
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Proporciona una hidratación intensa y duradera.
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Apoya la producción natural de colágeno de tu piel.
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Calma y suaviza tu piel después de la exposición solar.
Simplemente colóquelo sobre la piel limpia, déjelo actuar durante 15 a 20 minutos y disfrute de frescura y alivio instantáneos.
4. Utilice una crema nutritiva
Después de retirar la mascarilla, aplique una crema rica en ingredientes reparadores como ácido hialurónico, aloe vera o manteca de karité para retener la humedad.
5. Evite exfoliar excesivamente
Si tu piel es sensible, espera unos días antes de exfoliarte para evitar irritaciones. Enfócate en nutrirla e hidratarla.